Todo gobierno hace lo mismo: intenta defenderse de quienes lo atacan... o de los que se siente atacado. No es extraño ver imágenes de manifestaciones que son reprimidas policialmente de forma brutal... y digo que no es extraño en ninguno de los países que llamamos civilizados... porque los gobiernos tienen el deber de mantener el orden público (es una de las responsabilidades que se le atribuyen al poder ejecutivo de los países democráticos). Así pues, podemos pensar que Gadafi está haciendo lo propio en su país (nunca mejor usado el determinante posesivo “su”): defenderlo de las hordas desestabilizadoras empujadas por la civilización occidental. Y posiblemente esta fuese la forma de pensar de algunos dirigentes europeos… al fin y al cabo Libia era un buen socio económico (por aquello del petróleo y de las armas).Ahora bien, puede ser que no sea así… que realmente el pueblo se haya levantado para decir ¡basta! a la represión a la que le somete Gadafi y haya decidido jugarse la vida por que se le reconozcan unos derechos mínimos (reconocidos en la Declaración de los Derechos Humanos)… ¿Dónde habrán aprendido esto los libios? En sus escuelas pienso que no. De ser éste el caso… ¿Podemos permanecer impasibles ante la masacre humanitaria que está ocurriendo al sur de nuestras fronteras? ¿Tan cínicos podemos llegar a ser?
Leo que Gadafi pretende lavar su imagen internacional y convencer al mundo occidental de sus buenas intenciones… ¿Qué hará Europa? ¿Dejarse convencer? Me imagino que a estas horas algunos estarán haciendo sus cuentas: probabilidad de éxito o de fracaso de la revolución popular, posibles dividendos del petróleo, del negocio de armas… para tomar la medida que venderán como la más adecuada… Mientras los libios se desangran.
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